El Chihuahua es un pequeño perro que el nombre de su raza al estado mexicano del mismo nombre porque allí fue encontrado y domesticado para usarlo como animal de compañía, en un principio por los emperadores mayas y posteriormente por la civilización tolteca. Se han encontrado representaciones pictóricas de los techichi, los antepasados de los Chihuahua, en las ruinas de Cichén Itzá.
Las características más claras de esta raza son su pequeño tamaño, llegando algunas de las especies a caber en el interior de una taza de café o en la palma de la mano de sus dueños, lo que por otro lado es un grave problema, ya que su reducido tamaño les confiere una fragilidad mucho mayor que cualquier otra raza del mundo. Algunos de estos ejemplares han sufrido lesiones de importancia tan solo por saltar de un sofá hasta el suelo, por lo que quien tiene un perro de esta raza siempre debe tener mucho cuidado y estar pendiente de que no haga nada que le pueda dañar. Otra señal es el tamaño de sus ojos, mucho mayor en comparación con las dimensiones de la cabeza, dando la sensación en alguna de las clases de que estos se van a salir de sus cuencas porque no tienen espacio suficiente en su interior.
Si se adiestran correctamente son un excelente animal de compañía, y a pesar de su reducido tamaño muestran un temperamento bastante fuerte, haciendo de algunos de ellos bastante ariscos y desconfiados con personas que no conoce. De todos modos no suelen tener problemas para socializar.
En cuestiones de salud es trata de una raza con la que se debe tener mucho cuidado y la atención de un veterinario especializado, y algunos de ellos apenas superan los seis meses de edad como consecuencia de un defecto genético que los hace sufrir de hidrocefalia.
Un detalle gracioso es que los nombres que se eligen para esta raza a veces no reflejan lo pequeños y frágiles que son.