Nuestros perros merecen que les demos la atención que se merecen, por lo que si no podemos prestarles consideración lo mejor sería que dejáramos de pensar en tener este tipo de mascotas, pues podríamos acabar por tener un problema en lugar de un animal dócil que nos obedezca.
Lo primero que tenemos que cuidar es su alimentación, pues es necesario que esta se adapte a las características físicas y la actividad que el perro realiza. Si el animal no corre ni sale con frecuencia o realiza paseos cortos, debemos evitar que consuma una cantidad excesiva de grasas, mientras que si está sometido a una actividad constante y agotadora es evidente que tendremos que darle de comer en cantidades mayores. También debe tener un suministro constante de agua para que no se deshidrate.
Evitemos que haya por casa cables que cuelguen, ya que los perros son curiosos por naturaleza y podemos estar seguros de que se acercarán y acabarán por tirar y provocar algunos desperfectos que pueden afectar al perro e incluso causarle daños.
Si el perro ha cogido la costumbre de hacer sus necesidades en alguna zona de la casa, debemos limpiar toda la zona y espolvorear con bicarbonato para que el olor desaparezca, pues de otro modo si detecta su olor volverá a hacerlas de nuevo en ese mismo lugar una y otra vez.
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Los nombres para perros también deben ser un asunto al que dar atención, pues es necesario que el animal identifique de manera clara que se le está llamando, por lo que conviene que empecemos a llamarle por el nombre que hayamos elegido desde el primer día al que entra en nuestro hogar. En muy poco tiempo será capaz de atender cuando reconozca el sonido que hacemos al decir su nombre.
También tenemos que ser cariñosos con ellos, si no potenciaremos su agresividad.